Ultraismo


Se conocio en Hispanoamérica, donde lo acogio: Borges, González lanuza, Piñero, Ortelli, etc.

Es una corriente literaria española e hispanoamericana de vanguardia.
el novecentismo, lo cual implica el abandono de las técnicas de expresión poéticas del modernismo decadente y la apertura a los movimientos de vanguardia europeos.

El ultraísmo surge en un contexto europeo de renovación artística y literaria que es seguida en España con gran interés gracias a la información de ciertas revistas, entre las que destaca Prometeo (1908-1910), dirigida por R. Gómez de la Serna. En esta revista se publican los manifiestos futuristas de Marinetti, traducciones de los poetas ultrasimbólicos SaintPol Roux, T Klingsor, Paul Fort, etc., y proclamas del mismo Gómez de la Serna en contra de los convencionalismos estéticos y sociales y a favor de las nuevas tendencias, en un tono que preanuncia los manifiestos dadaístas y ultraístas. Ramón G. de la Serna comparte el objetivo renovador de este movimiento y colabora con sus greguerías y artículos en revistas ultraístas como Frecia, Ultra y Tableros. Y, sobre todo, se adelantan en su obra algunos rasgos característicos de la futura poesía de ultraísmo: riqueza de imágenes y metáforas sorprendentes, sentido lúdico de la creación estética, un profundo lirismo, agudeza conceptual y sentido del humor. La greguería prefigura un nuevo modelo de escritura, cuyo influjo se advierte en algunos poemas ultraístas de G. Diego, E. Montes, P. Garfias y J. Rivas Panedas.

Entre las influencias ejercidas sobre esta corriente de vanguardia, hay que citar la de V. Huidobro, el poeta creacionista chileno, que en 1918 viene de París a Madrid y entra en contacto con un grupo de poetas a quienes comunica sus ideas e inquietudes estéticas y les facilita información sobre las nuevas tendencias y escritores europeos, con quienes les pone en relación.

Sin embargo, el promotor inicial del grupo ultraísta, al menos como inductor de entusiasmos es R. Cansinos-Assens, que hacia 1915 asiste a la tertulia de R. Gómez de la Serna en el Café de Pombo y más tarde fundará su propia tertulia en El Colonial. A ella asisten P. Garfias, J. Rivas Panedas, C.A. Comet, etc., firmantes del citado manifiesto de 1818. La nueva corriente contará con dos revistas: Grecia (publicada en Sevilla y en la que aparecen traducciones de G. Apollinaire, P. Reverdy, F. T. Marinetti, Tristan Tzara, etc.) y Cervantes, fundada por F. Villaespesa en 1917, y que, al pasar su dirección a Cansinos-Assens, se convertirá en portavoz del Ultraísmo, entre 1919 y 1920. En ella publicará G. de Torre sus primeros estudios sobre las vanguardias europeas y J. L. Borges traducirá a los poetas expresionistas alemanes.

G. de Torre ha dejado, como protagonista y crítico, un precioso estudio sobre los orígenes, objetivos, contenido teórico, innovaciones técnicas y valoración final del Ultraísmo. El objetivo primordial de esta corriente era la modernidad, previa la liquidación del modernismo decadente. Los rasgos más salientes de la nueva estética serían, de acuerdo con las reflexiones de G. de Torre y J. L. Borges, los siguientes:

En cuanto a los géneros literarios: predilección por la poesía lírica y predomino del culto a la imagen y la metáfora (reducción de la lírica a su elemento primordial: la metáfora). Una poesía entendida como síntesis y fusión de imágenes y estados anímicos: simultaneísmo, velocidad imaginativa.

En el contenido teórico: supresión del elemento sentimental y erótico, del confesionalismo o posibles referencias morales. Preferencia por temas de la vida moderna, tratando de descubrir sus connotaciones líricas. Se trata de vislumbrar el fondo primigenio de las realidades del mundo.

En el plano lógico y sintáctico: se suprimen las cadenas de nexos y las fórmulas de equivalencia (como, semejante a), se eliminan los adjetivos, etc., con lo cual se rompe la continuidad del discurso, resaltando las percepciones fragmentarias, con la convicción de que se está potenciando de esta forma la pureza del flujo lírico.

En el aspecto formal: supresión de elementos ornamentales; desaparición de la rima y de ciertos valores retóricos y musicales, y atención a los valores visuales y plásticos: los ultraístas relacionan la poesía con la pintura y la arquitectura, se entusiasman con el cubismo; de ahí su interés por imitar gráficamente los objetos sugeridos en el poema por medio de una presentación tipográfica en la que se juegan los espacios en blanco, las alineaciones quebradas, las ondulaciones y círculos y otras figuras geométricas.

El movimiento ultraísta ha dejado una producción literaria, aunque escasa, de considerable valor, en varios libros de los principales creadores: Helices (1923), de G. de Torre; Imagen (1922), Manual de espumas (1924) y Limbo (1951, con poemas de 1920-21), de G. Diego; El ala del sur (1926), de P. Garfias; Espejos (1921), de J. Chabás; Poemas póstumos (1924), de J. de Ciria y Escalante, etc.

En Latinoamérica, el Ultraísmo cuenta, además de la creación personal de Borges, González Lanuza, O. Girando, etc., con revistas relevantes como Proa, Prisma y Matrín Fierro, en Argentina; La Cruz del Sur y Alfar, en Uruguay; Revista de Avance, en Cuba; Contemporáneos, en México, etc.

A pesar de su corta duración, el ultraísmo cumplió un papel fundamental en la renovación de la poesía española de los años veinte y treinta de nuestro siglo. A su talante iconoclasta se debe la ruptura con las formas del Modernismo decadente y el ímpetu innovador y abierto a las vanguardias europeas: Sirvió para purificar el ambiente literario y dar paso a las novedades vedadas entonces para España: el cubismo, el futurismo, el imaginismo y demás ismos (G. de Torre). Se han apuntado deficiencias: haberse reducido al género lírico y no haber contado con las conquistas formales de la poesía tradicional, al contrario de lo que hicieran los poetas del 27, que supieron aunar revolución y tradición. Sin embargo, en estos mismos poetas es perceptible el influjo del Ultraísmo en el culto de la imagen y la metáfora.

Ultraísmo es un movimiento literario (con influencia del futurismo italiano y el dadaísmo) nacido en España en 1918, para enfrentarse al modernismo, que había dominado la poesía desde fines del siglo XIX (antes de la seguda guerra mundial) su creador Rafael Cansinos Assens lo dio a conocer en el Café Colonial de Madrid. formaron parte: Guillermo de Torre, Juan Larrea, Gerardo Diego, Pedro Garfias, Ernesto López-Parra, Lucía Sánchez Saornil, etc. Sus órganos oficiales fueron la revista Grecia (fue el 1* manifiesto en 1919) y Ultra (en 1992 se deja de publicar) y afines a este movimiento: Alfar, Reflector, Ronsel, Horizonte. La llegada de Jorge Luis Borges a Mallorca a principios de la década del veinte y su amistad con Jacobo Sureda serían determinantes para: la incorporación del 1* a la corriente que se formaliza con la publicación, en 1921, de un manfiesto suscripto por los dos mencionados, más Juan Alomar (hijo del inventor del término “futurismo”) y Fortunio Bonanova en la revista Baleares y para la difusión de ella en Argentina, único país de hispanoamérica donde existió un grupo ultraista y revistas relacionadas formalmente al movimiento: la mural Prisma (1921-22) y Proa 1* época (1922-1923). La diferencia del ultraismo argentino fue que al país  se le incorporaron dos elementos: el criollismo y la parodia. En un artículo publicado en la revista Nosotros, de Buenos Aires, en 1921, el neologismo con que se reconoce este movimiento (del latino ultra: más allá), puesto en circulación por G. de Torre, fue tomado por Cansinos-Assens para titular el manifiesto de 1918 en el que se esbozan los objetivos de su grupo:
  Borges sintetizó así los objetivos del ultraísmo:
· Reducción de la lírica a su elemento primordial: la metáfora.
· Tachadura de las frases medianeras, los nexos y los adjetivos inútiles.
· Quitar los trebejos decorativos, el confesionalismo, la circunstanciación, las prédicas y la nebulosidad rebuscada.
· Síntesis de dos o más imágenes en una, que ensancha de ese modo su facultad de sugerencia.
· Imágenes y metáforas chocantes, ilógicas, donde destacan el mundo del cine, del deporte, del adelanto técnico (Guillermo de Torre).
· Tendencia a establecer una disposición tipográfica nueva de las palabras del poema.
· Modo de exprecion, tecnicismos y palabras esdrújulas.
· Eliminación de la rima
El ultraísmo eliminaba el sentimentalismo en la poesia.
El ultraísmo era afín al creacionismo, del poeta chileno Vicente Huidobro, quien pretendía que un poema fuera siempre nuevo y distinto a los demás.

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